Mis ojos.

Soñando tus lindos ojos,
partió mi pequeño velero.
Quedó despojado tu rincón,
desapareció mi seguro puerto.

Regabas con tus manos nuestras puertas,
¡ agua fresca, atad la tierra!
¡ que no levante el polvo!
¡ que no turbie sus siestas!

Los primeros rayos entraban por tus rejas,
¡ que mis niños duerman solecito!
¡ que sueñen con mares libres!
¡ que sean playas serenas!

Veleros juguetones,
ansiosos de mares bravos,
pequeñas velas tiernas deseosas de vientos huracanados.

¡Vientos del norte, cuidad mis veleritos,
que juguetones, se enredan con vuestros hijitos!

¡ Vientos de sur, apaciguar sus velas,
traedlos a mi puerto, atadlos a mi vera!

Ojos azules, acuosos de tantas esperas,
lunas de mi pasado,
añoranzas de mi alma inquieta.

Y partiste un día,
y dejaste a tus veleros,
ya no veo tus lunas,
y no siento tus besos.

Veleros sin puerto,
rumbos paralelos,
mares navegaron, siempre turbulentos.

¡ Ay del velero que se adentró en mares bravos!

Con sus velas continúa al viento,
cambió de mares, surcó océanos, buscando seguro puerto.

Dos luceros azules, dos brazos de viento.
¡ agua fresca, atad la tierra!
¡ que no levante el polvo!
¡ que no turbie sus siestas!

Repone en el tiempo nuevas velas,
velas de jirones,
henchidas de esperanzas y guerras.

Y llamo a los vientos.
Y clamo a los océanos con fuera ciega.

¡Vientos del norte, cuidad mis veleritos,
que juguetones, se enredan con vuestros hijitos!

Sus velas abrazan brisas nuevas, ansiado tus ojos,
calmando mis esperas.

Lo arropa la noche,
lo calma la certeza,
lo duermen tus brazos y tu alma inquieta.

M.V.M.F.

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