Libertad preciada.
Cuando la eterna voz del gentío calla
y acuden a mí miradas de impiedad;
me siento fugitiva, ausente y libre.
Puedo tocar sus pensamientos
con la punta de mis ya frágiles dedos
y ver en ello, su cielo negro
pues el mundo va olvidando amar.
Colgados de sus vicios y ambiciones
mis palabras rechinan en sus seseras
y voy clavando, con ellas,
alabardas de guerra.
!Oh dolor! !Dolor tan grande!
De voz serena,
sutiles maneras
y sonrisa de piedra.
Su música y canciones
me mantienen presa;
palabras siempre absurdas…
Libertad.¿Os interesa?
Responses