El viaje de un sueño

Vi a una paloma levantar sus alas y con sus ojos me dijo que volara. Tuve miedo y preferí caminar. Luego llegó un viento y me invitó a soñar. Agache mi cabeza y seguí mi andar. Al caer el sol, la luz del día se despidió con una amarga sinfonía. La melodía se vistió de un silbido apacible y con una nota sostenida me dijo que llorara. Levante una hoja del suelo y escribí un poema. Se lo dedique al destino; A los días oscuros. A la confusión y al azar del mañana. Incluí aquellos días inciertos que aún estaban por venir; los amargos y los dulces también. Luego tome prestado una lágrima de mis ojos y con ella ahogue mis penas. En el mar de aquel llanto se retiró mi orgullo; un verdugo que con sus engaños había marchitado las flores de mi alma. Seguí caminando y me tropecé con una pluma. El viento la recogió y con mil acaricias la condujo hacia mi memoria. Me recordó el ayer y me dijo que durmiera porque un largo sueño me esperaba el día de mañana.

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