Adyacente al destino.

Gotas de rocío caen sobre la noche, yo aprecio lo idílico que es el infinito, y los triste que es desperdirte amor mío.

Corremos contra reloj, maldito destino, bonitos tus ojos, tan grandes como lo que siento, tan tristes por tener que irnos.

Anexo a mi mente todo lo vivido, acuario el domicilio, hedor cautivo, preso de tus besos exquisitos, aroma que respiro.

Tan deprisa como siempre ¡cómo si la vida se nos fuera! Tan muertas las ilusiones, tan anhelada la espera, tan efímero los abrazos que nos damos.

Empero a todo esto, detesto el sentimiento conectable, la energía que nos llena de vida, sin son cien mil vidas las que tengo que esperarte, las esperaría.

-MG.

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